Seguro que te suena: recibes un correo que parece legítimo, quizás de tu banco, de una tienda online donde compraste algo, o incluso de un servicio interno de tu empresa. A primera vista, todo cuadra… pero algo no te encaja del todo. Esa sensación es tu mejor aliada, porque el phishing sigue siendo una de las amenazas más persistentes y efectivas ahí fuera. Y sí, cada vez se sofistica más.
Ya todos (espero) tenemos interiorizados los consejos básicos para detectar y bloquear emails phishing: desconfiar de remitentes desconocidos, buscar errores de ortografía, no hacer clic en enlaces sospechosos, nunca dar datos personales o contraseñas… Pero ¿qué pasa cuando el ataque está mejor elaborado? Hoy quiero compartir contigo un truco práctico, un paso más allá que no todo el mundo conoce o utiliza: analizar las cabeceras del correo electrónico.
Lo Básico que Ya Deberías Estar Haciendo (Pero Repasemos Rápido)
Antes de meternos en faena con las cabeceras, no está de más recordar los indicadores clásicos de phishing. Si un correo presenta varios de estos, ¡alerta roja!:
- Remitente Sospechoso: No te fíes solo del nombre que aparece. Mira la dirección de correo completa. ¿Es rara? ¿No coincide con el dominio oficial de la supuesta empresa? (Ej:
soporte@banco-pepito-seguro.xyz
en lugar de@banco-pepito.es
). - Errores Lingüísticos: Aunque los atacantes mejoran, todavía es común encontrar errores gramaticales, ortográficos o de estilo extraños, sobre todo si simulan ser una empresa local y el texto parece una mala traducción.
- Tono de Urgencia o Amenaza: «Tu cuenta será bloqueada si no actúas ya», «Has ganado un premio, reclámalo antes de 1 hora», «Detectamos un inicio de sesión sospechoso, verifica tus datos INMEDIATAMENTE». Buscan que actúes sin pensar.
- Enlaces y Adjuntos Inesperados: Pasa el ratón por encima de los enlaces (¡sin hacer clic!) para ver la URL real a la que dirigen. ¿Es sospechosa o no tiene nada que ver? Desconfía de adjuntos que no esperabas, especialmente si son ejecutables (.exe) o archivos comprimidos (.zip, .rar).
- Peticiones de Información Sensible: Ninguna empresa seria te pedirá tu contraseña completa, número de tarjeta de crédito o datos bancarios por correo electrónico. Punto.
Si cumples con revisar esto, ya tienes una buena primera línea de defensa. Pero para identificar phishing avanzado, a veces necesitamos mirar bajo el capó.
El Truco Práctico: Analizar las Cabeceras del Correo
Cada correo electrónico que recibes lleva consigo una especie de «historial de viaje» oculto: las cabeceras (headers). Son metadatos que registran información sobre el origen del mensaje, la ruta que ha seguido por los servidores de correo, y los resultados de ciertas comprobaciones de autenticidad.
¿Por qué son útiles contra el phishing? Porque mientras que el atacante puede falsificar fácilmente el nombre del remitente (From:
) que ves a simple vista, es mucho más difícil (aunque no imposible) falsear toda la información contenida en las cabeceras sin dejar rastros sospechosos. Analizar cabeceras de correo electrónico nos puede dar pistas cruciales sobre la verdadera procedencia y legitimidad del mensaje.
Cómo Ver y Qué Buscar en las Cabeceras (Sin Volverse Loco)
Acceder a las cabeceras varía según tu cliente de correo (Gmail, Outlook, Thunderbird, Mail en macOS…), pero generalmente implica buscar una opción como «Mostrar original», «Ver código fuente del mensaje», «Propiedades», «Message Source» o similar. Suele estar en el menú de opciones del propio mensaje (a menudo representado por tres puntos verticales u horizontales).
Una vez que tienes el texto de las cabeceras delante (puede parecer un galimatías al principio), no necesitas entenderlo todo. Céntrate en buscar estas líneas clave:
Puntos Clave a Revisar:
Received:
Return-Path:
/Reply-To:
Authentication-Results:
No necesitas ser un experto forense. Con revisar estas tres áreas en los correos que te generen dudas, puedes obtener información muy valiosa para protegerse contra estafas email.
¿Y Si Detecto Algo Sospechoso? Pasos para Bloquear y Reportar
Si tras revisar las cabeceras (o por cualquier otro motivo) confirmas tus sospechas de que es phishing:
- No hagas clic en NADA: Ni enlaces, ni imágenes, ni adjuntos.
- No respondas: Ni siquiera para quejarte. Solo confirmarías que tu dirección está activa.
- Márcalo como Spam/Phishing: Usa la opción específica de tu cliente de correo («Marcar como spam», «Informar de phishing», etc.). Esto ayuda a los proveedores a mejorar sus filtros.
- Bloquea al remitente: Si es posible y relevante, bloquea la dirección para no recibir más correos desde ahí.
- Reporta (si aplica): Si suplantan a una empresa conocida (tu banco, una red social…), considera avisar a esa empresa a través de sus canales oficiales (no respondiendo al email falso, ¡claro!). Muchas tienen direcciones específicas para reportar abusos o phishing.
- En entorno corporativo: Sigue los procedimientos de tu empresa. Normalmente, implica reenviar el correo como adjunto (para conservar las cabeceras) al equipo de seguridad informática o IT para que lo analicen y tomen medidas.
Conclusión: Un Nivel Más de Defensa
Detectar y bloquear emails phishing es una batalla constante. Los atacantes mejoran sus técnicas, y nosotros debemos mejorar las nuestras. Revisar las cabeceras no es algo que harás con cada email, pero es una herramienta potente para esos correos dudosos que logran pasar los filtros automáticos y la inspección visual básica.
Añadir este chequeo a tu arsenal de seguridad correo electrónico te da una capa extra de verificación. Requiere un poco más de esfuerzo, sí, pero puede marcar la diferencia entre caer en una estafa o mantener tu información (y tu dinero) a salvo.
Mantente alerta, desconfía por defecto y, cuando algo no te cuadre, recuerda que tienes herramientas para investigar un poco más a fondo. ¡La precaución nunca está de más!
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