Filtro Polarizador vs. ND: ¿Cuál Necesitas para Tus Fotos? Guía Fácil

Filtro Polarizador vs. ND: ¿Cuál Necesitas para Tus Fotos? Guía Fácil

¿Alguna vez has visto una foto de un paisaje y has pensado: «eso no puede ser real»? Un cielo increíblemente azul, un río cuya agua parece seda o unas nubes que atraviesan el cielo como pinceladas. Pues siento decirte que, la mayoría de las veces, sí es real. El truco no está en Photoshop, sino en un pequeño cristal que se coloca delante del objetivo: un filtro.

Pero aquí empieza el lío. Entras en una tienda de fotografía o buscas online y te bombardean con siglas: CPL, ND, VND, GND… ¡Socorro! Tranquilo, que no cunda el pánico. Los dos filtros más importantes y con los que casi todo el mundo empieza son el polarizador y el de densidad neutra.

Hoy vamos a desmitificar estos dos accesorios para que sepas exactamente cuál necesitas y dejes de gastar dinero en lo que no te hace falta.

Entendiendo los Fundamentos: ¿Para Qué Sirve un Filtro en Fotografía?

Antes de meternos en faena, aclaremos algo: los filtros no son efectos especiales de Instagram. Son herramientas. Piensa en ellos como unas gafas de sol para tu objetivo. Su función principal es controlar la luz y solucionar problemas que la cámara por sí sola no puede resolver.

Aunque hay muchos tipos, hoy nos centraremos en los dos reyes del mambo: el filtro polarizador (CPL) y el filtro de densidad neutra (ND). Son como el día y la noche, sirven para cosas totalmente distintas, y entenderlo es la clave para que tus fotos den un salto de calidad.

El Filtro Polarizador (CPL): El Mago de los Colores y los Reflejos

Imagina que tienes unas gafas de sol polarizadas. Cuando te las pones, de repente puedes ver el fondo de la piscina porque el molesto brillo del sol en la superficie desaparece. Pues un filtro polarizador circular (CPL, por sus siglas en inglés) hace exactamente eso, pero en tu cámara.

Su trabajo no es quitar luz (aunque lo hace un poco, como efecto secundario), sino gestionar los reflejos y la luz polarizada.

¿Y esto en qué se traduce?

  • Elimina reflejos no deseados: Es su superpoder principal. Es perfecto para fotografiar a través de un cristal (como en un museo o un mirador), para quitar los brillos de la superficie de un lago y mostrar las piedras del fondo, o para reducir los reflejos en la carrocería de un coche o en las hojas de los árboles.
  • Satura los colores y aumenta el contraste: Al eliminar la luz polarizada del ambiente, sobre todo de la atmósfera, los colores se ven más vivos. El cielo azul se vuelve más profundo y dramático, haciendo que las nubes blancas destaquen mucho más. El verde de la vegetación también se intensifica. Es, sin duda, el mejor amigo del fotógrafo de paisajes.

¿Cuándo Deberías Usar un Filtro Polarizador?

Es tu filtro ideal si lo que buscas es:

  • Fotografiar paisajes espectaculares: Para conseguir esos cielos azules intensos y una vegetación exuberante.
  • Hacer fotos en ríos, lagos o en la costa: Para eliminar los brillos del agua y que se vea más transparente.
  • Fotografía de arquitectura o coches: Para controlar los reflejos en ventanas y superficies metálicas o de cristal.

Un buen filtro polarizador es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Es un efecto que es casi imposible de replicar de forma realista con programas de edición.

El Filtro de Densidad Neutra (ND): El Maestro del Tiempo y la Luz

Si el polarizador es el mago de los colores, el filtro de densidad neutra (o ND) es el maestro del tiempo. Su única misión es reducir la cantidad de luz que llega al sensor de la cámara, pero lo hace de una forma «neutra», es decir, sin alterar los colores de la escena. Es, literalmente, ponerle unas gafas de sol muy oscuras a tu objetivo.

«¿Y para qué querría yo quitar luz?», te preguntarás. Para tener un control creativo total sobre la exposición. Al reducir la luz, el filtro de densidad neutra te obliga a usar tiempos de exposición más largos o aperturas de diafragma más grandes.

Esto te permite hacer dos cosas alucinantes:

  1. Crear el famoso «efecto seda» en el agua o el movimiento en las nubes: Para conseguir que el agua en movimiento de un río o una cascada parezca niebla, necesitas disparar con una velocidad de obturación de varios segundos. Si intentas hacer esto a plena luz del día sin un filtro, la foto te saldrá completamente blanca (quemada). Un filtro de densidad neutra oscuro te permite alargar la exposición todo lo que quieras para capturar ese movimiento.
  2. Usar grandes aperturas de diafragma a plena luz del día: Imagina que quieres hacer un retrato en la playa con un sol radiante. Quieres usar una apertura grande (como f/1.8) para desenfocar el fondo y que el sujeto destaque. El problema es que con tanta luz, incluso con la velocidad de obturación más rápida de tu cámara, la foto puede quedar sobreexpuesta. Un filtro de densidad neutra suave te permite reducir la luz y disparar a f/1.8 sin problemas.

Tipos de Filtro de Densidad Neutra: Fijos vs. Variables

Aquí la cosa se pone interesante. Los filtros ND se miden en «pasos» (stops) de luz que reducen. Un filtro de 3 pasos (ND8) deja pasar 8 veces menos luz que si no llevaras filtro. Uno de 10 pasos (ND1000) es mucho más oscuro y es ideal para largas exposiciones diurnas. Para entender mejor esta nomenclatura, guías como la de la tienda de fotografía B&H Photo Video son un recurso excelente.

  • Filtros ND Fijos: Tienen una densidad fija (por ejemplo, 3, 6 o 10 pasos). Suelen ofrecer la máxima calidad de imagen y no tienen problemas extraños. La desventaja es que necesitas comprar y llevar varios si quieres tener flexibilidad.
  • Filtros ND Variables (VND): Son un «todo en uno». Giras el filtro y su oscuridad cambia, por ejemplo, de 2 a 8 pasos. Son increíblemente cómodos, pero los modelos baratos pueden producir dominantes de color o un efecto de «X» oscura en la imagen. Si optas por uno, invierte en una marca de calidad.

Entonces, ¿Cuál Necesito? Polarizador vs. Densidad Neutra

Llegamos a la pregunta del millón. La respuesta es simple: depende de lo que quieras conseguir. No son excluyentes, de hecho, muchos fotógrafos (sobre todo de paisaje) llevan ambos en la mochila.

Para ponértelo fácil, aquí tienes una chuleta rápida:

  • ¿Quieres cielos más azules y eliminar reflejos del agua? Necesitas un filtro polarizador.
  • ¿Quieres que el agua de una cascada parezca seda a plena luz del día? Necesitas un filtro de densidad neutra.
  • ¿Quieres desenfocar el fondo en un retrato a mediodía? Necesitas un filtro de densidad neutra (probablemente uno suave, de 2 o 3 pasos).
  • ¿Quieres que las nubes dejen estelas de movimiento en el cielo? Necesitas un filtro de densidad neutra oscuro (de 10 pasos o más) y un trípode. Este tipo de fotografía es un mundo en sí mismo, y webs como Fstoppers ofrecen guías geniales para principiantes sobre el tema.

Un Par de Consejos Finales Antes de Comprar

  1. La calidad importa: Un filtro barato es un cristal de mala calidad delante de tu objetivo (que seguramente te ha costado un dineral). Puede reducir la nitidez, crear reflejos extraños (flares) y añadir dominantes de color horribles. Gasta un poco más en una marca reconocida (Hoya, NiSi, K&F Concept, Gobe, etc.).
  2. El tamaño de la rosca: Los filtros se enroscan en el objetivo. ¡No todos los objetivos son iguales! Mira en la parte frontal de tu objetivo y busca un símbolo de un círculo con una barra (ø) seguido de un número (ej. ø67mm). Ese es el diámetro de filtro que necesitas. Si tienes varios objetivos, una buena estrategia es comprar el filtro para tu objetivo más grande y luego usar anillos adaptadores (step-up rings) para usarlo en los más pequeños.
  3. Circulares o cuadrados: Los que hemos comentado son los circulares, que se enroscan y son los más sencillos y económicos. También existen sistemas de filtros cuadrados que se montan en un portafiltros. Son más caros y aparatosos, pero mucho más versátiles para profesionales, ya que permiten apilar filtros fácilmente. Para empezar, los circulares son la mejor opción.

En resumen, el filtro polarizador es para controlar los reflejos y potenciar los colores, mientras que el filtro de densidad neutra es para controlar el tiempo y la cantidad de luz. Ambos abren un mundo de posibilidades creativas.

Ahora que tienes la teoría, lo mejor es que salgas a experimentar. La fotografía se trata de eso.

Y tú, ¿cuál es tu filtro imprescindible? ¿El polarizador para esos paisajes vibrantes o el ND para jugar con el tiempo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios

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Preguntas Frecuentes

Q: ¿Puedo usar un filtro polarizador y uno de densidad neutra al mismo tiempo?

A: Sí, y es una técnica muy habitual en fotografía de paisaje. Se coloca primero el polarizador para eliminar reflejos y potenciar el cielo, y luego se enrosca el filtro ND encima para poder alargar el tiempo de exposición. Ten en cuenta que apilar filtros puede causar viñeteo (esquinas oscuras), especialmente con objetivos angulares.

Q: Si solo puedo comprar un filtro ND para empezar, ¿cuál me recomiendas: uno de 6 pasos (ND64) o de 10 pasos (ND1000)?

A: Para un primer filtro, el de 6 pasos (ND64) es más versátil. Es perfecto para crear el efecto seda en el agua durante el amanecer o el atardecer sin que las exposiciones sean excesivamente largas. El de 10 pasos (ND1000) es más específico para fotografía a plena luz del día y a veces resulta demasiado oscuro para situaciones con menos luz.

Q: ¿Es realmente necesario comprar filtros caros o uno barato sirve para empezar?

A: Un filtro es un cristal que pones delante de tu objetivo. Un filtro de mala calidad degradará la nitidez de tu lente, provocará colores extraños y puede generar reflejos indeseados. Es mejor invertir en un filtro de una marca reconocida para asegurar que la calidad de tus fotos no se vea perjudicada.

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