¿Cansado de pagar suscripciones mensuales por un puñado de gigas en la nube? ¿Te preocupa quién tiene acceso a tus fotos y documentos personales? Si la respuesta es sí, quizás ha llegado el momento de que tomes el control y construyas tu propio servidor de almacenamiento en red, más conocido como NAS (Network Attached Storage).
Comprar un NAS prefabricado de marcas como Synology o QNAP es una opción válida, pero si eres un poco manitas y te gusta saber cómo funcionan las cosas, montar el tuyo propio es una experiencia increíble. No solo aprendes un montón, sino que acabas con una máquina totalmente personalizada, más potente por el mismo precio y con la libertad de ampliarla como quieras en el futuro.
En esta guía, nos vamos a centrar en el esqueleto de tu futuro centro de datos personal: el hardware. Vamos a desglosar pieza por pieza qué necesitas para empezar.
¿Por qué montar tu propio NAS?
Antes de meternos en faena, repasemos rápidamente por qué el camino del «hazlo tú mismo» (DIY) es tan atractivo:
- Control absoluto: Tú eliges el sistema operativo (como TrueNAS o Unraid), las aplicaciones que corren en él y cómo se configura todo. No hay limitaciones impuestas por un fabricante.
- Potencia a tu medida: ¿Solo quieres guardar copias de seguridad? Un sistema de bajo consumo será suficiente. ¿Quieres transcodificar vídeo en 4K para Plex y correr máquinas virtuales? Puedes montar una bestia.
- Mejor relación rendimiento/precio: Generalmente, puedes conseguir un hardware mucho más potente por el mismo dinero que te costaría un NAS de marca con características similares.
- El placer de construirlo: Para muchos de nosotros, el simple hecho de investigar, elegir las piezas y montarlo todo es parte de la diversión.
El Corazón del Sistema: Eligiendo los componentes de un PC para tu NAS
Construir un NAS es, en esencia, como montar un ordenador de sobremesa, pero con prioridades diferentes. Aquí no buscamos los máximos FPS en un juego, sino estabilidad, bajo consumo y capacidad de almacenamiento. Vamos a ver los componentes de un pc clave.
La Caja: El hogar de tus datos
La caja es más importante de lo que parece. Es lo primero que debes elegir, ya que determinará el tamaño del resto de componentes.
Para un NAS, busca una caja que ofrezca un buen número de bahías para discos duros de 3.5 pulgadas. Este es el factor más crucial. Cajas como las de la serie Node de Fractal Design son muy populares por su diseño compacto y su gran capacidad para discos.
Piensa también en la ventilación. Los discos duros trabajando 24/7 generan calor, y mantenerlos frescos es vital para alargar su vida útil. Asegúrate de que la caja tenga un buen flujo de aire.
Placa Base y CPU: El Cerebro de la Operación
Aquí es donde el bajo consumo empieza a ser el rey.
-
CPU (Procesador): No necesitas un Core i9. Para un NAS básico que se encargue de archivos y copias de seguridad, un Intel Celeron o Pentium de generaciones recientes es más que suficiente. Consumen muy poca energía y suelen llevar gráficos integrados, por lo que te ahorras tener que comprar una tarjeta gráfica. Si buscas algo más de potencia para aplicaciones como Plex, un Core i3 o un AMD Ryzen 3 pueden ser buenas opciones. Lo importante es que tenga un TDP (Thermal Design Power) bajo.
-
Placa Base: La elección de la placa irá ligada a la caja (Mini-ITX, Micro-ATX…). Lo más importante aquí es el número de puertos SATA. Cada disco duro que quieras conectar necesitará un puerto. Seis puertos SATA es un buen punto de partida para tener margen de ampliación. Además, fíjate en la tarjeta de red integrada. Si puedes conseguir una con un puerto de 2.5GbE, ¡genial! Notarás la diferencia al transferir archivos grandes por la red.
Memoria RAM: La agilidad de tu sistema
La cantidad de RAM depende del sistema operativo y de lo que vayas a hacer.
Para sistemas como Unraid o OpenMediaVault, con 8 GB de RAM tienes un punto de partida muy sólido para un uso doméstico normal.
Si vas a usar TrueNAS, que utiliza el sistema de archivos ZFS, la recomendación general es empezar con 8 GB, pero 16 GB es lo ideal. ZFS adora la RAM y la usa de forma muy inteligente para acelerar el rendimiento.
Un apunte para los más puristas: la RAM ECC (Error-Correcting Code). Este tipo de memoria puede detectar y corregir errores sobre la marcha, lo que es fantástico para la integridad de los datos a largo plazo. No es estrictamente necesaria para un NAS casero, pero si tu presupuesto lo permite y tu placa/CPU son compatibles, es una mejora muy recomendable.
El Almacenamiento: Discos Duros y SSDs
Aquí es donde se va gran parte del presupuesto.
-
Discos Duros (HDD): ¡No todos los discos son iguales! Evita los discos de sobremesa estándar y busca discos duros específicos para NAS, como los Western Digital Red Plus o los Seagate IronWolf. Están diseñados para funcionar 24/7, vibrar menos y ser más fiables. Fíjate también en que sean CMR (Grabación Magnética Convencional) en lugar de SMR (Grabación Magnética Shingled), ya que los CMR ofrecen un rendimiento mucho más consistente en las operaciones de escritura típicas de un NAS.
-
Disco de Sistema (SSD): Es muy recomendable instalar el sistema operativo del NAS en un disco separado de los datos. Un pequeño SSD SATA o NVMe de entre 120 GB y 250 GB es perfecto para esto. Hará que el sistema arranque y responda de forma increíblemente rápida.
Protegiendo tus Datos: Entendiendo qué es RAID
Cuando tienes varios discos duros, no basta con meterlos en la caja y ya está. Necesitas una estrategia para gestionar cómo se guardan los datos en ellos. Aquí es donde entra en juego el concepto de RAID. Si te preguntas qué es RAID, la respuesta simple es que es una tecnología que combina varios discos físicos en una o más unidades lógicas para mejorar el rendimiento, la redundancia (protección contra fallos) o ambas cosas.
Existen varios «niveles» de RAID, pero los más comunes en un entorno doméstico son:
- RAID 1 (Espejo): Necesitas al menos dos discos. Todo lo que escribes en un disco se copia exactamente igual en el otro. Si un disco falla, tus datos están a salvo en el segundo. La desventaja es que solo aprovechas la capacidad de un disco (dos discos de 4 TB en RAID 1 te dan 4 TB de espacio útil).
- RAID 5: Necesitas al menos tres discos. Reparte los datos y la información de «paridad» (información de recuperación) entre todos los discos. Si uno de ellos falla, puedes reconstruir los datos con la información de los restantes. Ofrece un buen equilibrio entre seguridad y aprovechamiento del espacio.
- Otras soluciones: Sistemas como TrueNAS usan ZFS, que tiene su propia versión mejorada de RAID llamada ZRAID. Es extremadamente robusto y protege contra la corrupción silenciosa de datos. Para una explicación más detallada, puedes consultar la guía de ZFS en la documentación de TrueNAS. Por otro lado, Unraid usa un sistema de paridad que no es RAID tradicional, pero que también protege contra el fallo de un disco y es muy flexible a la hora de mezclar discos de diferentes tamaños.
Para una visión general de los niveles RAID más comunes, esta guía de Seagate es un buen punto de partida: ¿Qué es RAID?.
Dando Energía a tu NAS: La Fuente de Alimentación y Otros Componentes
Ya casi hemos terminado con la lista de la compra. Solo quedan un par de detalles.
La Fuente de Alimentación (PSU)
Al igual que con la CPU, aquí la eficiencia es clave. Busca una fuente con una certificación de eficiencia 80 Plus Bronze o superior. Esto garantiza que no desperdiciará mucha energía en forma de calor.
En cuanto a la potencia, no te vuelvas loco. Un NAS típico consume muy poco. Olvídate de monstruos para gaming; no necesitas una fuente de alimentacion 750w para este proyecto. Con una fuente de calidad de entre 350W y 450W tendrás potencia más que de sobra, incluso con 6 u 8 discos duros.
Otros Componentes que podrías necesitar
- Ventiladores de caja: Si la caja no los incluye o quieres unos más silenciosos y eficientes, invertir en un par de buenos ventiladores es una gran idea.
- Controladora HBA (Host Bus Adapter): ¿Te has quedado sin puertos SATA en la placa base? No hay problema. Puedes añadir una tarjeta HBA en un puerto PCIe para conseguir 8 o más puertos SATA adicionales. Es la forma profesional de ampliar tu almacenamiento.
Montaje Final y Próximos Pasos
Una vez que tengas todos los componentes, el proceso es el mismo que el de montar un PC. Conecta todo con cuidado, organiza los cables para un buen flujo de aire y ¡listo!
El hardware es solo la mitad de la ecuación. El siguiente gran paso es elegir e instalar el sistema operativo que dará vida a tu NAS. Pero eso… es material para otro artículo.
Construir tu propio servidor NAS puede parecer intimidante al principio, pero es un proyecto increíblemente gratificante. Te da un control sin precedentes sobre tu vida digital y te enseña valiosas habilidades por el camino. ¡Anímate a dar el salto
Este articulo puede contener enlaces de afiliación
Preguntas Frecuentes
Q: ¿Realmente necesito discos duros especiales para NAS o puedo reutilizar los de mi viejo ordenador?
A: Sí, es muy recomendable usar discos específicos para NAS. Los discos de escritorio no están diseñados para funcionar 24/7 ni para soportar las vibraciones de un entorno con múltiples discos. Los modelos para NAS (como los WD Red o Seagate IronWolf) son más fiables y están preparados para esa carga de trabajo, lo que protege tus datos a largo plazo y reduce el riesgo de fallos.
Q: ¿Cuándo necesitaría una CPU más potente que un Celeron o Pentium?
A: Necesitas una CPU más potente (como un Intel Core i3 o un AMD Ryzen 3) si planeas hacer tareas exigentes además de almacenar archivos. Esto incluye transcodificar vídeo en 4K con Plex, ejecutar varias máquinas virtuales o alojar múltiples aplicaciones pesadas simultáneamente. Para un uso básico de almacenamiento y copias de seguridad, un Celeron es suficiente y más eficiente energéticamente.
Q: ¿Puedo usar discos duros de diferentes tamaños, por ejemplo, dos de 4 TB y uno de 8 TB?
A: Depende del sistema operativo que elijas. Con sistemas RAID tradicionales o ZFS (usado en TrueNAS), no es práctico mezclar tamaños, ya que se desaprovecharía espacio. Sin embargo, un sistema como Unraid está diseñado específicamente para esta flexibilidad y te permite combinar discos de diferentes capacidades, siempre que tu disco de paridad sea igual o más grande que cualquiera de tus discos de datos.
Deja una respuesta